Cambios de humor en el embarazo

¿Experimentas cambios de humor constantemente durante el embarazo? ¿Lloras de impotencia y ríes de felicidad al mismo tiempo? ¿Piensas que tu bebé es lo mejor y lo peor que te ha pasado en la vida?

¡Bienvenida a la maternidad!

Lo primero que debes saber es que si experimentas tristeza, apatía o te sientes abrumada por tu maternidad, no es culpa tuya. No has hecho nada mal. Son emociones muy comunes y aquí te explicaremos por qué.

El viaje hacia la maternidad es una experiencia maravillosa y llena de emociones. Sin embargo, en medio de la alegría y la anticipación, también es importante reconocer que este camino está marcado por desafíos emocionales muy importantes y, seguramente, imposibles de comparar con otros estadios de tu vida.

Índice

  1. Matrescencia: ¿qué es?
  2. Emociones en el embarazo
  3. Cultivando la calma
  4. Maternidades únicas
  5. Carga mental

1. Matrescencia: Transitando hacia una nueva identidad

Por ejemplo, ¿sabías que durante la maternidad el cerebro de la madre experimenta una transformación sólo comparable con el de la adolescencia? Esto es parte de la matrescencia, es decir, del proceso de transformación que haces para convertirte en madre.

Este período que puede iniciarse incluso desde el momento en que deseas tener un bebé, hasta los 6 años después del posparto, implica inestabilidad y es muy exigente en cuanto a autoconocimiento, adaptación y aceptación de un nuevo yo.

Necesitas tiempo para ir reconociéndote en el día a día… y quizás, ahora mismo, es lo que menos tienes ¿cierto?

Te invitamos que te detengas unos minutos al día para respirar profundamente y conectar con la madre que está naciendo en ti.

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2. Emociones en el Embarazo: Descubriendo tu nueva voz

Las hormonas también juegan un papel clave en tus cambios de humor y debes aceptar que son imposibles de controlar. La naturaleza está siguiendo su curso e intentar reprimir lo que sientes porque te sientes juzgada, avergonzada o porque socialmente no es aceptable, no ayuda a tu estabilidad ni a tu bienestar.

Está científicamente probado que durante el embarazo y el posparto la madre experimenta, en mayor o menor medida, una montaña rusa de emociones. No te esfuerces en controlarla; la clave es gestión, no control.

Tus emociones hablan de ti, de lo que quieres, deseas y necesitas. Tus emociones, desbordadas o no, son un precioso boceto de quién serás el resto de tu vida, así que no te esfuerces en enmudecerlas o hacerlas desaparecer.

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3. Cultivando la calma

Las expectativas sobre cómo será tu vida de ahora en adelante puede ser una hermosa fuente de inspiración para tu maternidad.  Sin embargo, tener los pensamientos siempre en el futuro te desconecta de un presente que pasa rápido y que no se repetirá.

Pensar en el «mañana» es fantástico para planificarte y ser previsora, pero si tienes siempre tus pensamientos en el futuro, puedes experimentar ansiedad y la sensación de falta de control.

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4. Maternidades únicas: entre la expectativa y la realidad

Seguramente te sorprendas varias veces al día soñando en cómo serás como madre, cómo será el parto y cómo será tu bebé. Eso es fantástico porque quiere decir que la matrescencia está haciendo su trabajo y está centrando tus pensamientos y emociones en lo que ahora es realmente importante.

Sin embargo, estas proyecciones sobre ti misma, llevadas al extremo, pueden generar altos niveles de autoexigencia o pueden impulsarte a compararte con otras madres.

Ten siempre presente que las expectativas sociales no tienen por qué ser las tuyas, y que la maternidad es imprevisible.

Cada maternidad es única y la tuya es sin duda la mejor para ti y tu bebé.

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Conecta con la madre que quieres ser. 

5. Carga mental

Como ves, el tránsito por la maternidad y la matrescencia es un camino lleno de cambios que escapan a tu control. Además, cuando te quedaste embarazada tu vida no se detuvo para permitirte centrar toda tu energía en ti y en tu bebé. Hay que sumar tu día a día: tareas, responsabilidades y rutinas de tu vida anterior, de esa cuando aun no eras madre. En este momento en el que lo deseable sería bajar el ritmo, evitar el estrés y mimarte, seguramente te encuentres desbordada.

Te invitamos a que des un paso atrás y mires con distancia todo lo que haces en un día. Pero no sólo lo que haces físicamente, si no también todo aquello en lo que piensas, planificas, organizas, etc. y que supone carga mental.

Los pensamientos también pueden resultar agotadores, especialmente aquellos que no improductivos como preocuparse por situaciones que muy probablemente nunca sucedan o que ni tan siquiera están en tus manos resolver.

Nuestra recomendación es que no intentes ser una súper madre. Tu bebé no lo necesita. El gran desafío de la maternidad actual, es no hacerlo sola.

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Cómo organizarte mejor cuando eres madre.

Afirmaciones para una maternidad empoderada 

 

Ahora que abrazas todo lo que hay detrás de tus cambios de humor y aceptas 
que todo siga su curso natural, permítenos que te acompañemos en tu autocuidado 
y bienestar brindándote información vital para abordar esta etapa de tu vida de 
manera valiente y positiva.

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