Matrescencia, la segunda adolescencia

Lo que suele resultar tan incómodo de la adolescencia, es que se suceden cambios físicos y químicos bruscos e imposibles de controlar. Es un periodo severo de contradicciones, descubrimientos, exploración, y transformación. Y es que pasas de niña a mujer de la noche a la mañana.

Esto tiene un componente muy exigente de autoaceptación y de redefinición de un nuevo rol en la sociedad.

La suerte, es que el periodo de adolescencia es acompañado por padres, profesores, médicos, y la comunidad en general, ya que ha sido exhaustivamente estudiado y todos -de mejor o peor manera- contamos con la experiencia de haberlo pasado.

matrescencia y adolescencia

¿Pero qué pasa con la matrescencia, especialmente en el primer parto?

Tanto si estás embarazada, como si ya tienes a tu bebé en casa, no te resultará difícil sentirte identificada con las dificultades de una adolescente:

  • Vives cambios físicos y químicos bruscos que te resultan imposibles de controlar, ¡suficiente tienes con ser capaz de aceptarlos!
  • Tienes muchos momentos de contradicciones que te revuelven las emociones.
  • Tu cuerpo cambia por momentos y requiere una –no siempre fácil- aceptación de ti misma.
  • ¿Sexo? Todo son novedades en este terreno, ya sea por la ausencia del mismo, como por su abundancia, o porque cada experiencia resulta ser todo un descubrimiento.
  • Y por supuesto: redefinición de tu nuevo rol de madre en la sociedad.

Aunque este paralelismo entre maternidad y adolescencia te pueda resultar sorprendente y hasta divertido, lo cierto es que la matrescencia es una transición que la madre realiza en solitario sometida además, a las expectativas y exigencias sociales de felicidad, ilusión, y entrega total, porque es una etapa vital poco explorada por la comunidad médica, y por tanto, poco conocida por la sociedad.

Matrescencia y adolescencia: una transformación que va más allá de las apariencias.

c20549_b01801a6e08846529ec1f623d84bf5b0_mv2¿Sabías que solo en los 9 meses de embarazo el cuerpo produce más estrógenos que los que producirá otra mujer en toda su vida? Es difícil de imaginar o prever todo lo que esta “simple” alteración puede significar para el equilibrio y el bienestar de la madre en el embarazo o el posparto si no se actúa desde el conocimiento, la orientación médica, y el acompañamiento social.

Curiosamente, la producción de estrógenos también se incrementa de forma brusca en la adolescencia de la mujer, ya que son los responsables de regular el desarrollo de los órganos sexuales.

Además, los estrógenos actúan directamente en el sistema nervioso central incidiendo sobre importantes áreas del cerebro relacionadas con la emoción, por lo que la variación en la producción de esta hormona, influirá de manera determinante en los cambios de humor.

¿A qué ahora muchas cosas te empiezan a encajar? Pues espera que hay más:

La influencia del estrógeno va más allá y es determinante en la adolescencia y en la matrescencia, ya que tiene la capacidad de modificar de manera permanente la estructura cerebral para promover la poda sináptica. Esto quiere decir que todo aquello que tu cerebro no considere importante para esta nueva etapa quedará en un último plano o terminarán desapareciendo; por el contrario, todas aquellas herramientas que considere fundamentales para tu subsistencia de ahora en adelante, serán prioritarias y se focalizará en su desarrollo.

Pero en el embarazo, esta poda o especialización sube de nivel, ya que todos los órganos de la mujer se modifican en estructura y funcionamiento para dar prioridad al bebé, dejando bajo mínimos las respuestas a las necesidades de la madre.

¿Pero en qué consiste exactamente esta especialización en el embarazo y el posparto?

Pues fácil. Todo aquello que adjudicamos al “instinto materno”, realmente es el cerebro de la madre que se ha perfeccionado para garantizar la vida del bebé.

Pongamos ejemplos:

Si eres ya eres madre, o estás próxima a hacerlo, verás que nadie como tú para saber con solo mirar la carita de tu bebé si necesita dormir, comer, pasear, o jugar… eso es porque has mejorado notablemente la eficiencia del reconocimiento facial. Esto influirá también en tu empatía hacia otras personas.

¿Y eso de que las madres escuchan y reconocen el llanto de su bebé a kilómetros de distancia? No es un súper poder…o sí; la explicación es que tu sistema auditivo se ha agudizado especialmente para eso.

Y si por las noches tu pareja duerme a pierna suelta mientras tú te despiertas con tan solo el fuerte respirar de tu bebé, no te enfades. Tu cuerpo se ha preparado para vivir una temporadita en estado de alerta para evitar cualquier accidente o contratiempo a tu bebé.

¡Y esto es solo una pincelada!

En otro post hablaremos de todas y cada una de las hormonas protagonistas en el embarazo y posparto, y de su papel en la maternidad.

Pero de momento, si te has quedado con ganas de más, nos encantaría invitarte a que leyeras Maternidad y gestión de las emociones para que conozcas las etapas más sensibles y cómo te pueden afectar, así como, Bienvenida ansiedad, para aprender a gestionar esta sensación y utilizarla a tu favor.

¡Te esperamos en la comunidad de Dana!