Desde hace algún tiempo, se cruzaron los caminos de Dana y de Erick Pescador, sexólogo, sociólogo y promotor del programa Hombres en Cambio, para la construcción de masculinidades y paternidades en positivo en materia de conciliación y corresponsabilidad. Nuestro encuentro no tiene nada que ver con las coincidencias ni las casualidades, ¡todo lo contrario! tiene que ver con la intención y el propósito de poner a las madres en el centro de los cuidados ya que, de la salud de ellas, depende la salud y el futuro de la sociedad al completo.

Con Erick abrimos ampliamente el foco de los cuidados y la maternidad para dar entrada a la corresponsabilidad. Es entonces cuando resulta inevitable hablar también de machismo, tan arraigado en muchas culturas y que ha perpetuado roles de género rígidos que asignan tradicionalmente las responsabilidades del cuidado principalmente a la madre y de proveedor, al padre.

Este modelo de familia, cuando nace del machismo y no del consenso familiar,  pone en riesgo la salud mental de las madres y, por supuesto, la solidez de una sociedad que se cimenta sobre una estructura familiar desequilibrada, poco justa, y en mayor o menor medida, violenta.

Erick nos invita a poner la mirada sobre la corresponsabilidad no como panacea, si no como desafío comunitario en el que todas las estructuras políticas, educativas y sociales, tienen su cuota de responsabilidad para desaprender y aprender modelos de familia sanos, empáticos y equilibrados.

Iniciar la corresponsabilidad desde el principio

Erick Pescador destaca que la corresponsabilidad debe ejercerse desde el principio, es decir, desde el mismo momento en el que se desea tener una criatura. Esto implica desafiar los roles de género preestablecidos y comprometerse activamente en todo el camino, ya que es un deseo y una decisión compartida.

Pero la corresponsabilidad no es tan sencilla como repartir las cargas al 50%. La corresponsabilidad implica empatía, comprensión, sacrificio, escucha activa, acompañamiento…

4 prácticas sencillas y muy positivas que favorecen la corresponsabilidad en la familia

1. Comunicación abierta y sincera: Hablar sobre expectativas y deseos desde el principio crea un espacio para la colaboración.
2. Educación conjunta: Informarse juntos sobre el embarazo, parto y crianza promueve un enfoque compartido.
3. Tiempo de calidad: Aprovechar el tiempo de calidad entre la pareja y con el bebé refuerza el vínculo entre los miembros de la familia.
4. Flexibilidad en las cargas: Ser flexible en la asignación de tareas permite a ambos miembros de la pareja participar activamente en todas las áreas del cuidado del núcleo familiar.

Desde Dana, te animamos a compartir este artículo con tu pareja y hacerlo extensivo a otros miembros de la familia, ya que la corresponsabilidad y la redifinición de las masculinidades son elementos esenciales para construir familias sólidas. Al desafiar las expectativas tradicionales y trabajar juntos desde el principio, los padres y las madres pueden crear un entorno en el que cada miembro de la familia se sienta valorado y apoyado.