¿Sabías que la mastitis no es exclusiva del período de amamantamiento ni tan si quiera exclusiva de las mujeres? Sin embargo, la mastitis derivada de la lactancia se conoce como puerperal o lactacional y ocurre hasta en 20% de las madres durante los 3 primeros meses.

La mastitis es una inflamación de los tejidos mamarios, comúnmente asociada con la lactancia. Puede ocurrir cuando los conductos de leche se obstruyen, causando una acumulación de leche y provocando una respuesta inflamatoria en el cuerpo.

Síntomas más comunes de la mastitis

Lo más importante para un diagnóstico temprano de la mastitis es siempre el autocuidado. Por eso, es importante que en algunos momentos durante el día intentes sentir de manera consciente y presente tu cuerpo. Si lo haces, entonces podrás hacer una detección muy temprana de la mastitis lactacional y así evitar dolor, infecciones y complicaciones con la lactancia.

Atenta a los síntomas más comunes:

1. Dolor e hinchazón en el pecho.
2. Enrojecimiento y calor en una o varias áreas del pecho.
3. Sensación general de malestar y fatiga.
4. Si va a más y degenera en infección, puedes tener fiebre y escalofríos.

Causas de la mastitis por lactancia

Como hemos dicho en la introducción de este artículo, la mastitis lactacional suele desencadenarse por la obstrucción de los conductos lácteos. ¡Pero atenta!  También puede estar relacionada con bacterias que entran a tu pecho a través de pequeñas heridas o grietas.

Podríamos decir que entre las causas más comunes de mastitis por lactancia están:

1. Falta de vaciado completo del pecho. Es importante que te asegures de alternar los pechos en cada toma y tener tiempo para que el bebé haga el vaciado.
2. Lactancia irregular. Antes de incorporarte a trabajar o de iniciar el destete, es recomendable que consultes con una matrona para que te informe sobre las mejores prácticas de prevención según tu situación personal, ya que pasarán más horas entre cada toma y eso puede ocasionarte incomodidades o mastitis; por ejemplo, una práctica muy común es hacer el vaciado completo o parcial, ya sea de manera manual o con un extractor de leche.
3. Grietas en los pezones. Si tienes heridas o grietas es muy probable que se deban al mal agarre del bebé. No dudes en consultar con tu matrona para que te oriente sobre el agarre, así como el tratamiento adecuado y limpieza para evitar infecciones.
4. Disminución en la resistencia inmunitaria. En caso que experimentes alguna infección o alteración de la salud que afecte a tu sistema inmune, debes tener especial atención, ya que esto favorece la mastitis.

Abandonar la lactancia por mastitis

La mastitis en sí misma no suele tener consecuencias negativas para el bebé lactante. De hecho, continuar amamantando le continuará proporcionando la mejor nutrición, protección contra infecciones y apego.  En caso que requieras de antibióticos, el profesional sanitario lo tendrá en cuenta para que estos sean seguros para el bebé.

Así que puedes estar tranquila, ya que en la mayoría de los casos, no es necesario dejar la lactancia debido a la mastitis. De hecho, continuar amamantando puede ayudar a vaciar el pecho y aliviar la congestión. La matrona puede ofrecerte orientación sobre cómo manejar la situación sin interrumpir la lactancia.

Complicaciones si no se detecta a tiempo

La mastitis no suele tener consecuencias graves, sin embargo, si no es diagnostica a tiempo puede derivar en un absceso mamario, es decir, en acumulación de pus en el pecho. Puede que sientas dolor y pinchazos, e incusos que requieras drenaje quirúrgico y antibióticos.

Si tienes dudas sobre la lactancia o sospechas que puedes estar experimentando síntomas de mastitis, no dudes en hablar con alguna de nuestras matronas. Puedes pedir una consulta online o presencial.