Dificultades para amamantar después de un parto traumático

dificultad en la lactancia

El impacto emocional de un parto traumático puede extenderse más allá del evento en sí, influenciando aspectos importantes del posparto, como la lactancia. Las madres que han experimentado un parto traumático a menudo enfrentan desafíos adicionales que pueden hacer que la lactancia sea más difícil.

Impacto emocional y físico

Un parto traumático puede dejar secuelas tanto físicas como emocionales que afectan la capacidad de la madre para amamantar con éxito. Estos pueden incluir dolor físico que dificulta encontrar una posición cómoda para amamantar, o problemas emocionales como estrés postraumático, ansiedad y depresión.

Influencia en la lactancia

Las emociones intensas pueden alterar la producción de prolactina y oxitocina, hormonas esenciales para la lactancia. El estrés y la ansiedad pueden inhibir el reflejo de bajada de la leche, haciendo que la alimentación sea más complicada y menos eficiente. Además, la desconexión emocional con el bebé, un efecto secundario común del trauma, puede hacer que las sesiones de lactancia sean estresantes y emocionalmente desafiantes.

Estrategias para favorecer la lactancia después de un parto traumático

  1. Soporte profesional: Buscar ayuda de un terapeuta o consejero especializado en posparto puede ser crucial. La terapia puede ayudar a procesar y superar las consecuencias emocionales del parto traumático, facilitando una mejor experiencia de lactancia.
  2. Grupos de apoyo: Unirse a grupos de apoyo para madres que han pasado por experiencias similares puede ofrecer consuelo y comprensión. Compartir con otros en situaciones similares puede proporcionar estrategias útiles y apoyo emocional.
  3. Educación y preparación: Trabajar con una asesora de lactancia o matrona puede ayudar a abordar las dificultades técnicas de la lactancia, ya que pueden ofrecer técnicas para mejorar el agarre del bebé y sugerir posiciones que minimicen el dolor físico.
  4. Conexión emocional: Actividades que fomenten el vínculo entre la madre y el bebé, como el contacto piel con piel, pueden ser beneficiosas. Esto no solo ayuda a mejorar la producción de leche, sino que también puede reforzar el vínculo emocional entre madre e hijo.

Enfrentar las dificultades de lactancia después de un parto traumático requiere un enfoque compasivo y multifacético, abordando tanto las necesidades físicas como emocionales de la madre.

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