Preguntas frecuentes
¿Qué es Dana?
Dana es un proyecto de impacto social para el cuidado de la salud mental y el bienestar integral de la mujer en su tránsito a la maternidad, creado por mujeres que han pasado por la matrescencia y por profesionales de la salud materna.
¿Cuál es el propósito de Dana?
El bienestar y la salud de las generaciones futuras se puede mejorar a través del cuidado de la salud y del bienestar de la mujer que se convierte en madre, y de esta forma cuidar de la salud del bebé también. Estamos enfocando nuestras investigaciones en el bienestar y en la salud integral de la mujer, integrando salud mental, salud física y salud social.
¿Qué diferencia hay entre Dana y otros proyectos similares?
Somos un proyecto de impacto social: seguimos las directrices de empresas B-Corp: somos compañías que están construyendo una economía más inclusiva y sostenible para todas las personas y el planeta. A diferencia de las empresas que sólo persiguen fines económicos, las B-Corps cumplimos con los más altos estándares de desempeño social y ambiental, transparencia pública y responsabilidad legal.
¿Quién está detrás de Dana?
Hemos creado un ecosistema abierto compuesto por miles de mujeres, profesionales de la salud como ginecólogas/os, matronas, médicos de cabecera, enfermeras/os, pediatras, psicólogas/os, psiquiatras, investigadoras/es y profesoras/es de universidad. Nuestro ecosistema está abierto a cualquier persona que quiera contribuir a nuestro propósito y que comparta nuestros valores conscientes.
¿Qué es la inteligencia colectiva y para qué sirve?
Existen muchas iniciativas muy interesantes en España y en Europa, y cada una responde a una necesidad. Si queremos hacer avanzar el paradigma de la maternidad anclado en nuestra sociedad, debemos contar con mujeres que han experimentado diferentes matrescencias, con profesionales de la salud (ginecólogas/os, matronas, médicos de cabecera, enfermeras/os, pediatras, psicólogas/os, psiquiatras), con el sistema de salud público, con el sistema de salud privado, con el sistema social, las ciudades y las regiones autónomas, con las asociaciones de ayuda, con asociaciones profesionales (psicología perinatal, federaciones de matronas, etc.) y con los centros de investigación y universidades. Aunando las necesidades de cada parte podemos construir un sistema que permita un mejor entendimiento entre todos y el establecimiento de las bases de un proceso que permita un mejor análisis del problema y buscar soluciones integradoras (y no excluyentes). Lo llamamos la inteligencia colectiva. Juntos se llega más lejos.
¿Se puede participar en Dana y en la construcción de su propósito?
Sí. Cada mujer puede contribuir al desarrollo de Dana y el cambio de paradigma a través del cuidado de su salud, cuidarse para poder cuidar, a través de sus aportaciones en el intercambio de experiencias en nuestra comunidad con otras madres, reportando su experiencia como beta-tester, recomendando Dana a sus amigas, conocidas y familiares, …
También se puede colaborar como profesional de la salud integral de la mujer y/o como profesional de la salud perinatal (mental, física y/o social), en la redacción de contenidos, la coordinación de programas, la participación en proyectos de investigación (pilotos y ensayos clínicos), etc. contactado con el equipo central de Dana. Dado que nuestro equipo central necesitará crecer, si piensas que puedes ser un/a nuevo/a integrante del equipo Dana (producto, tecnología, marketing, investigación, diseño, UX, partnerships, ventas, etc.), contacta con nosotros y te responderemos con mucho gusto.
¿Se puede invertir en Dana?
Sí. Como cada nuevo proyecto tecnológico, necesitamos una financiación adecuada para acelerar y solidificar nuestro desarrollo. Si quieres ser inversor/a de Dana y quieres conocer Dana desde dentro, contáctanos aquí.
¿Qué es la matrescencia?
El término Matrescencia fue acuñado en los años 70 por la antropóloga Dana Raphael y rescatado recientemente por la psicóloga Aurelie Athan, para hacer referencia a la profunda transformación mental, física y social que conlleva la maternidad. El viaje de la matrescencia se inicia cuando una mujer empieza a desear de ser madre, sigue durante el embarazo y el posparto, y puede durar toda la vida, si bien los cambios profundos se atenúan 2-3 años después de haber dado luz.
¿Porqué es importante hablar de la matrescencia?
Los cambios físicos, mentales y sociales que conlleva la adolescencia están integrados en nuestra sociedad. Dejamos a los jóvenes el espacio necesario para su desarrollo, para la independencia de sus padres, un margen para aprender y experimentar…Ahora bien, los cambios radicales que experimenta una mujer durante la matrescencia no son ni conocidos ni tienen la atención requerida por parte de nuestra sociedad aún. La matrescencia es para la mujer un proceso de transformación similar y de mayor envergadura si cabe, al de los jóvenes en la adolescencia. Con Dana, queremos dar visibilidad a la matrescencia, para que cada mujer pueda disfrutar al máximo de este proceso de transformación como algo natural y con la compresión social. Y si sufre en un momento dado, saber acompañarla en esa experiencia de forma normalizada, como tantas otras miles de mujeres que lo experimentan de igual forma en esta fase, y darle herramientas que le permitan recuperar su bienestar personal, y el disfrute de su bebé y de su familia y amigos.
¿Cómo puedo instalar Dana en mi móvil?
Obtener Dana es muy sencillo: entra en la tienda de aplicaciones de tu móvil (App Store o Google Play según tengas iOS o Android), teclea ‘dana app’ en el buscador, descárgala… ¡y listo!
¿Y si quiero darme de baja?
Te lo ponemos igual de fácil, tienes un link para ello en la app. Entra en tu perfil usando el último icono del menú inferior, al final de la pantalla clica en ‘Quiero darme de baja’. Necesitaremos tu NIE y tu email para identificarte en nuestra base de datos.
Al configurar mi perfil en Dana no puse mi DNI o NIE, ¿por qué tengo que compartirlo al darme de baja?
En Dana seguimos escrupulosamente la ley de protección de datos de España y esta pide una identificación oficial de cada usuario que quiere darse de baja en una app. La autoridad española considera que el responsable del tratamiento, en este caso Dana, debe solicitar el DNI de los usuarios, y lo basa en el considerando 64 del RGPD: “El responsable del tratamiento debe utilizar todas las medidas razonables para verificar la identidad de los interesados que soliciten acceso, en particular en el contexto de los servicios en línea y los identificados en línea”. Tienes más información en nuestra web: https://dana-app.eu/politica-de-privacidad
¿Puedo invitar a mis amigas a probar a Dana?
¡Por supuesto! Tienes varias formas de hacerlo: enviándoles el link de la web de Dana
https://www.dana-app.com o un mensaje a través de la app, desde el apartado “mi perfil” clicando en el botón “Comparte Dana”.
¿Cómo cambia la relación de pareja desde el embarazo?
La noticia de que se espera un bebé activa muchas emociones, preguntas y expectativas en ambos miembros de la pareja. Para ti que le has tenido en tu cuerpo y has sentido su presencia a través de los cambios físicos, ha sido más que evidente que alguien más está con vosotros. Para tu pareja, quizás la vivencia haya o pueda ser un poco más abstracta, al menos hasta que el bebé nazca. Aunque es verdad que las ecografías ahora ayudan mucho a hacer més “real” la idea de lo que está sucediendo.
Cada pareja tiene un proceso único de adaptación a la parentalidad, y en ocasiones puede ser difícil comprender qué es lo que está sucediendo, porque tanto tú como tu pareja estáis haciendo procesos psíquicos profundos y complejos de los que no siempre es fácil hablar.
Los cambios en la pareja cuando se espera un bebé y en el primer año de vida de este, pueden pasar por distintas etapas. No te sorprendas si hay momentos en los que sientes que está todo muy mal y que no lográis encontraros y luego momentos en los que os sentís más enamorados y unidos que nunca.
La introducción de cambios en los hábitos y rutinas que teníais, ahora mucho más centrados en responder a tus nuevas necesidades y a las del bebé, puede hacer que a veces tu pareja se sienta un poco dejada de lado o que elija tomar algo de distancia y seas tú quién se siente un poco sola.
Pasar de ser dos a ser tres o más, si ya tenéis otros hijos, es una tarea compleja de negociación en la que hay que reorganizar prioridades e irse acomodando. Podeis intentad mantener viva la comunicación: hablad entre vosotros y explicaros lo mejor que podáis, qué es lo que estáis sintiendo, pensando o temiendo. Esto va a ser muy útil en el proceso.
En algunos casos, el proceso de adaptación necesario para convertirse en padres y madres puede realmente ser muy difícil y la relación de pareja ponerse muy tensa, si fuera tu caso no temas comentarlo con tu matrona o buscar apoyo.
¿Tienes dificultades para dormir en el embarazo?
Debido a los cambios fisiológicos que se producen durante el embarazo, prácticamente la mayoría de mujeres sufren de trastornos del sueño, como el insomnio y la somnolencia. En el primer trimestre, debido a los cambios hormonales, concretamente del efecto de la progesterona, es más frecuente sentirse cansada y somnolienta.
Aunque te resulte invisible, tu cuerpo está realizando un enorme esfuerzo físico. No te sientas culpable por descansar mucho más que antes, poco a poco irás encontrando el nuevo equilibrio que necesitas.
En el segundo trimestre, normalmente el cuerpo ya se ha acostumbrado al efecto de las hormonas, suelen desaparecer las náuseas de las primeras semanas y los cambios producen sensaciones de bienestar y plenitud, así que la sensación de somnolencia e insomnio por las noches se reduce.
En el tercer trimestre, el tamaño y movimientos del bebé nos dificulta poder encontrar posiciones cómodas para dormir y comprime los órganos como la vejiga, necesitando levantarte más a menudo para ir al baño o el estómago, produciendo reflujo después de las comidas y en posiciones horizontales.
El descanso es fundamental para todas las personas, y especialmente durante el embarazo. Descansar lo suficiente te ayudará a prevenir malestares, tanto físicos como psicológicos. Para ayudarte en ello, en Dana encontrarás distintas unidades destinadas a ello, con consejos generales y con relajaciones para conciliar el sueño, incluso audios de meditación, hipnoparto o visualizaciones que te serán de gran ayuda para escuchar cuando te vayas a la cama o incluso cuando te despiertes por la noche y no consigas conciliar el sueño.
-¿Tengo que cambiar mi alimentación en el embarazo? – Mireia Oriol Noguera (Nutricionista)
Si tu alimentación es saludable antes del embarazo, no deberías variar mucho tus hábitos, simplemente seguir comiendo sano y equilibrado respetando ciertas normas específicas del embarazo como evitar la carne cruda etc.. Si por lo contrario, crees que tu alimentación no es del todo saludable, es un buen momento para revisar qué aspectos podríamos mejorar.
¿Tenéis alguna receta "mágica" para las náuseas y vómitos del primer trimestre?
La verdad es que no existen recetas ni alimentos que por arte de magia acaben de repente con nuestras náuseas y vómitos, pero sí que es cierto que si tenemos una buena alimentación y un estilo de vida saludable y añadimos ciertos alimentos en nuestro día a día y aplicamos algunos consejos podemos notar mejoras. Te lo contamos todo en el programa de nutrición en el tercer trimestre de embarazo, no te lo pierdas.
¿Has experimentado algunas emociones difíciles en el embarazo? ¿cuales?
Las emociones en sí mismas no son fáciles ni difíciles, positivas ni negativas. Es nuestra propia vivencia, en un determinado momento, la que les otorga esa valoración. Es muy habitual que las emociones nos “compliquen” e interfieran en nuestra vida cotidiana, y en esos casos, las experimentamos como difíciles.
Esta vivencia parte también de nuestra educación y de cómo vemos nuestras emociones, muchas veces nombradas como erráticas o que “debemos ordenar desde la razón”. Hoy te propongo una nueva manera de verlas, justamente para lidiar mejor con aquellas emociones que se nos pueden volver difíciles.
Es natural que el tiempo de la maternidad implique una nueva y gran sensibilidad a lo emocional, incluso que registremos emociones nuevas (o vivencias, matices e intensidades nuevas para emociones conocidas). También es un periodo donde es más habitual la “ambivalencia”, que es la experiencia de sentir dos emociones de valencia “contraria” en un mismo momento. Esto vuelve aún más difícil discernir a partir de nuestra emocionalidad.
Pero nuestras emociones están ahí justamente para avisarnos de algo, para ayudarnos a cumplir con una función, y sobre todo para orientarnos en nuestras necesidades.
Para ello debemos confiar en ellas y darles lugar, prestarles nuestra presencia y conciencia, nada fácil cuando son emociones que consideramos o experimentamos como negativas o desagradables.
Un trato con nuestras emociones que implique desconfiar de ellas, no escucharlas o reprimirlas, puede privarnos de una muy importante orientación para la vida.
Por el contrario, confiar en nuestras emociones (en el fondo, confiar en nosotras mismas), sin intentar ordenar o disciplinar nuestras emociones, sino más bien escucharlas, darles lugar, decodificar el mensaje que nos quieren traer, permite no solo ubicarlas en un lugar de menor desagrado, sino disminuir nuestra resistencia, y con ello, disminuir la tensión, el estrés y con ello clarificar mejor la situación y permitirnos experimentar y aprender.
Para esto es importante encontrar el momento, el lugar… y muchas veces nos resulta fundamental poder expresar y compartir con otros lo que sentimos. Verbalizar, escucharnos y sentirnos escuchados es una herramienta muy potente para lidiar con nuestras emociones, por eso la invitación de este post!!
Te invitamos a crecer en tu reconocimiento y en lidiar con tus emociones. Has podido ver los programas de “siéntete mejor” y “pensamientos y emociones” en DANA.
Pronto serás mamá. ¿Cómo te sientes al respecto? ¿Cuáles son tus miedos y tus alegrías?
¡Vaya si han pasado cosas en los últimos meses! Parece que de un momento a otro la vida te ha dado un vuelco, o lo dará, todavía no puedes saber con claridad qué es lo que va a pasar, qué esperar o cómo vas a hacerlo, pero no puedes dejar de pensar que pronto tu bebé estará en casa con vosotros. Seguramente cuando te preguntan por la calle cómo te encuentras y si estáis listos, en tu cabeza se amontonan ideas, pensamientos y preguntas, aunque pongas tu cara de joker y respondes con un simple: ‘Bien. Contentos.’
En la medida en que se acerca el nacimiento del bebé es más difícil organizar las emociones y tener claro qué se está sintiendo, porque se sienten muchas cosas: Un deseo y una ilusión enorme por conocer el bebé y empezar a cuidarle y llenarle de besos, un miedo inmenso por cómo irá a ser el parto, ternura y excitación al ver sus cositas ya listas en algún lugar de la casa, preocupación por si falta algo y sobre todo por cómo vas a ser como mamá, si podrás hacer las cosas como imaginas, si realmente será tan duro eso de no dormir… en fin.
Recuerda que la ambivalencia emocional forma parte del proceso de preparación a la maternidad y que es imposible tener un estado de ánimo siempre igual, aunque sí suele predominar alguno.
En Dana encontrarás programas dedicados a las emociones durante la matrescencia que te ayudarán a comprender mejor los cambios por los que vas pasando, pero también a identificar si en algún momento las emociones que vives requieren un poco más de atención y acompañamiento.
¿Qué es un plan de parto?
El plan de parto es un documento legal en el que puedes expresar tus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso de parto y nacimiento. Y puede ser que te digas: ‘¿Pero no puedes planear un parto no?’ o ‘Si escribo el plan de parto y no va bien, terminaré decepcionada’.
El plan de parto tiene dos funciones, por un lado te ayuda a definir tus ideas para el parto, buscando los profesionales y el centro donde ir a dar a luz, que te proporcione las opciones que tu quieres.
A veces puedes tener claro que deseas una analgesia epidural, y que el día del parto, con otras herramientas a tu disposición no la necesites. O puede ser que desees un parto en el agua, y ese día te sorprendes y no te apetezca para nada estar en la bañera.
Si, las cosas pueden ir diferentes a cómo te las imaginas y que os tengáis que ir amoldando a cada situación, pero su segunda función es la de ser una guía para que los profesionales que te acompañen en este momento tan especial puedan adaptar cada situación a tus necesidades, no solamente físicas, sino también emocionales.
Es importante también, para tener registrada tu decisión en caso que en ese momento concreto, tu misma no puedas decidir, como por ejemplo el caso de una cesárea urgente.
Como decía, tener un plan de parto, es una forma ideal de tener tus necesidades concretas reflejadas en un documento y que cada profesional que te acompaña pueda leerlo, puesto que la matrona que te acompañe en el parto seguramente no será la misma que te ha acompañado en el embarazo, así que no tendrá toda la información que habéis estado compartiendo. Por ejemplo, si sabe que te has estado preparando con hipnoparto o que deseas un parto natural, no te interrumpirá con pequeñas conversaciones a no ser que tú las empieces o necesites.
Puedes encontrar diferentes modelos de Plan de Parto. El Ministerio de Sanidad del Gobierno de España te proporcionará uno muy completo, con una explicación previa de las prácticas adecuadas para la asistencia al parto y nacimiento. Además cada hospital, centro o equipo de atención al parto suele tener su propio modelo. Si ves que este se queda corto en algunos puntos, siempre puedes hacer el tuyo propio, incluso puedes encontrar algún modelo hecho con imágenes para ser mucho más visual.
¿Qué se incluye en un plan de parto?
Tu plan de parto es el documento para poder expresar tus preferencias, necesidades, deseos y expectativas sobre el proceso del parto y nacimiento.
Puedes elaborar tu plan de parto en cualquier momento del embarazo, aunque un buen momento suele ser entre las 28 y las 32 semanas del embarazo.
Aquí tienes un listado de distintos aspectos que puedes incluir en tu plan de parto:
- Tu información general y que persona/s quieres que te acompañen en el parto.
- Dónde vas a tener a tu bebé (hospital, centro de nacimientos, en casa).
- Cómo te has preparado para el parto (hipnoparto, meditación, Dana, grupo del centro de atención primaria).
- Necesidades especiales, por motivos de cultura o idioma por ejemplo.
- Espacio físico (tipo de salas, modelo de atención, sala individual, elementos como pelotas, espejos, cuerdas, cojines, material que traigas tu, etc.)
- Tipo de monitorización
- Uso de bañera (dilatación, parto, …)
- Intimidad (personas que deseas o no que estén en la sala contigo)
- Regulación de luces.
- Uso de terapias complementarias (música, aceites esenciales, rebozo, etc)
- Líquidos y comida durante el trabajo de parto.
- Posiciones para el momento del parto.
- Movilidad durante el parto.
- Manejo del dolor (analgesia o no, métodos complementarios)
- Tiempo de clampaje del cordón (óptimo, precoz, realizar donación, tardío, etc).
- Quien va a cortar el cordón.
- Tipo de alumbramiento de la placenta (fisiológico, activo).
- Qué pasa en caso de cesárea (acompañante, piel con piel, clampaje óptimo del cordón, no separación, etc)
- Tipo de lactancia que deseas (materna, artificial).
- Piel con piel con el bebé, sin separaciones.
- Vitamina K para el bebé (oral, intramuscular, esperar a que se haya iniciado la lactancia).
- Pomada oftálmica (si, no, esperar a que se haya iniciado la lactancia)
- Higiene del bebé
Recomendaciones y bibliografía:
-Plan de Parto y Nacimiento. Ministerio de Sanidad.
-Guía para un embarazo consciente. Laia Casadevall.
Se acerca la fecha del parto. ¿Cómo te sientes?
Estás en la recta final de tu embarazo y se acerca el momento del parto. Quizás estés experimentando emociones que en algunos momentos pueden llegar a ser contradictorias. Por un lado, puede que sientas euforia y alegría ¡dentro de poco vas a conocer a tu bebé!, también puede que estés deseando dar a luz a tu bebé y poder dejar de sentirte tan pesada y recuperar tu cuerpo. Por otro lado, también es probable que estés teniendo momentos donde sientas miedo, preocupación y que te inunden mil preguntas… ¿Cómo será el parto? ¿Dolerá mucho? ¿Podré soportarlo? ¿Seré capaz de hacerlo? ¿Mi bebé sufrirá? ¿Y si algo sale mal? Te han explicado tantas cosas que es probable que tu cabeza eche humo. Estos miedos y preocupaciones son habituales, varios estudios indican que cerca del 80% de las mujeres embarazadas presentan estas preocupaciones en mayor o menor medida, incluso un porcentaje importante de parejas viven el embarazo y el parto con mucho temor, y es que a los seres humanos nos cuesta mucho gestionar la incertidumbre que acompaña a las situaciones nuevas. Confiar es la clave, ya no solo confiar en ti y en tu cuerpo, si no en el equipo de profesionales que te van a acompañar. ¿Te has planteado ir a conocer el lugar donde tienes pensado dar a luz? Esto resulta de utilidad para generar confianza.
O ¿te has planteado acudir a los cursos de preparación a la maternidad? Compartir tus miedos, dudas e inquietudes con otras madres que están en tu misma situación hace que te sientas identificada y puede resultar tranquilizador en sí mismo.
En Dana tienes a tu disposición toda la comunidad de madres que están pasando por las mismas preocupaciones que tú, o las han tenido hace poco. Expresar cómo te sientes ante esta comunidad de mujeres te va resultar de gran utilidad. Y recuerda que en Dana tienes un programa sobre el parto preparado por matronas y psicólogas con mucha información y ejercicios que puedes hacer para prepararte para este momento tan especial, ¿te animas a escucharlo?
¿Cuándo esperar la subida de la leche?
Aunque no todas las madres lo consiguen ver, entre el tercer y cuarto mes de embarazo se empieza a producir el calostro. El calostro ya es leche, aunque tenga una composición distinta, adaptada para los primeros días de tu bebé.
Suele ser entre las 24 y 72 horas del parto es cuando se produce lo que llamamos como ‘subida de la leche’ y para cada madre puede ser en un momento distinto, puesto que hay varios factores que pueden influenciar.
El nacimiento de la placenta causa una cascada hormonal que permite que empiece esa ‘subida’.
El proceso de lactancia necesita de la sincronía entre madre i bebé, de forma que el pecho empieza a producir leche según las demandas de tu bebé.
Hay muchas madres a las que se les ofrece leche de fórmula a las 24 horas del nacimiento del bebé con el pretexto de que ‘no producen suficiente leche’. Al introducir fórmula, sin que sea necesaria, durante las primeras 48 horas especialmente, alteramos ese equilibrio.
Algunos de los factores que pueden determinar que esa subida sea más tardía son que la placenta no se haya desprendido totalmente, lo que denominamos retención de placenta o de membranas y el cuerpo no entienda que el parto ha finalizado, interrumpiendo esa cascada hormonal de la que estábamos hablando.
Este proceso se inicia independientemente del tipo de parto. Aunque factores como la separación de la madre y el bebé en la cesárea, la reducción del tiempo haciendo piel con piel, el tipo de medicación utilizada y el retraso de la primera toma son los grandes obstáculos de este proceso.
Otros factores, como la pérdida de sangre en el parto, el estrés o el estado de tu salud mental pueden también influir en este proceso. Así que siempre que dudes vuelve al momento clave, repite el piel con piel tanto como puedas, será tu mejor aliado y no dudes contactar con tu matrona o profesional experto en lactancia para acompañarte en este proceso.
Tu suegra, ¿ángel o demonio?
Nuestro círculo más íntimo de personas, son con quienes elegimos estar y suelen ser nuestro mayor apoyo psicoemocional en los momentos clave de nuestra vida, como es la maternidad.
También en nuestro círculo cercano, hay personas que no elegimos sino que están ahí por ser familia, o estar relacionados a quienes nosotros elegimos.
Los familiares de nuestra pareja, son de alguna manera parte de nuestra familia, y muchas veces están más cerca de lo que elegimos, cumpliendo roles o mandatos a veces establecidos por la cultura y la tradición.
Esto puede ser una gran bendición, un regalo, así como un gran problema.
Es importante que sepas que, aunque uno no puede elegir quien es o no es de la familia, en este caso de la pareja, una siempre puede poner límites en esa relación.
En concreto, yo no puedo elegir a mi suegra, es un título que parte de una relación familiar. Pero si puedo elegir cómo me relaciono con ella, y puedo exigir respeto y límites para mi espacio personal y el de mi bebé.
Cuando los límites son claros, expresados en forma asertiva (sin agresividad pero con firmeza), permiten cuidar necesidades legítimas y evitarnos malestar y complicaciones.
Cuando podemos ser conscientes de nuestras necesidades y de nuestro espacio vital, y lo cuidamos con límites, invitamos a un acompañar más respetuoso de nuestras necesidades y a relaciones más saludables, aunque esto sea distinto a la expectativa que tenían quienes nos quieren acompañar.
¿Qué cambios en tu estado anímico estás experimentando durante el post-parto?
Después del parto, es común que puedas haber experimentado una mezcla de emociones, todas ellas muy intensas, que pueden ir desde la alegría, la dicha, la felicidad… al miedo, preocupaciones, ansiedad, melancolía, tristeza, labilidad emocional. Acabas de dar a luz a tu bebé, y estás enfrentándote a situaciones nuevas que requieren nuevas capacidades, herramientas, aprendizajes y estrategias personales que poco a poco vas a ir desarrollando. Estás preparada para ello, pero estás en pleno proceso de adaptación a tu bebé, a tu rol de madre. Un proceso de adaptación a una realidad cambiante puede llevar, o bien a un proceso de cambio y madurez, o bien a un proceso de sufrimiento patológico. Es por este motivo que debemos diferenciar cuando nuestras emociones y sentimientos forman parte de este proceso normal de adaptación, o cuando pueden suponer un riesgo de padecer síntomas más severos. En Dana encontrarás varios programas para acompañarte en este proceso de la matrescencia.
¿Has pasado por el baby blues (también llamado el blues postnatal)?
La mayoría de las mujeres experimentan síntomas de depresión a lo largo de las primeras semanas después del parto. Estos síntomas pueden ser llanto ocasional, labilidad emocional, hipersensibilidad, fatiga, insomnio, irritabilidad, dispersión mental, etc. que se atribuyen a este proceso normal de adaptación que se da después del parto y que comúnmente se ha llamado baby blues. Estos síntomas suelen desaparecer pasadas dos o tres semanas y no suelen necesitar de atención psicológica.
La principal diferencia entre el baby blues y la depresión posparto radica en la intensidad de estos síntomas, en la duración de los mismos, y en la interferencia que puedan suponer en tu día a día. En la depresión posparto, la tristeza es más severa, pueden aparecer también sentimientos intensos de culpa, pensamientos negativos hacia tu bebé y hacia tu capacidad de criarlo que interfieren en tu día a día y en tu relación con tu bebé. Por otro lado, la labilidad emocional asociada al baby blues, suele aparecer los primeros días después del parto, y remitir dos o tres semanas después, mientras que la depresión posparto puede aparecer incluso meses después de haber dado a luz.
¿Has cambiado tu alimentación después del parto? ¿Qué alimentos te han ayudado a sentirte mejor físicamente?
La nutrición durante el posparto es clave para recuperarse y ganar energía para afrontar esta nueva etapa de tu vida. Al igual que en el embarazo si tu alimentación ya es saludable, sigue nutriendo tu cuerpo con alimentos repletos de vitaminas y minerales, de calidad y naturales. Cuídate y déjate cuidar. No es un buen momento para realizar dietas centradas en bajar de peso ya que pueden conducir a una mayor fatiga y peor recuperación. Escucha tu cuerpo y confía en tu intuición.
¿Has pasado por una depresión postparto?
Todo el periodo del embarazo es un tiempo de desarrollo y preparación que implica grandes cambios fisiológicos, hormonales y también psicoemocionales. Algunos de esos cambios culminan con el momento del parto, momento en el cual muchas variables “regresan” a estados anteriores, pero es el momento donde también se inician nuevos cambios o profundizan otros que venían desarrollándose.
El periodo del post- parto es un tiempo de gran vulnerabilidad, pero justamente porque quiere ser un momento de una enorme sensibilidad. Es un periodo donde existe estadísticamente una mayor propensión a sufrir síndromes depresivos, y es por ello que nos debemos anticipar y cuidarnos.
Es normal y esperable que haya cambios en el humor e incluso que aparezcan pensamientos negativos. Esto puede ser parte del proceso esperable y saludable, cuando son momentos del día, pero pasan.
Debemos estar alerta cuando esto pasa durante la mayor parte del día, la mayoría de los días y al menos dos semanas. Cuando este estado nos interrumpe por completo la capacidad de disfrutar o sentir placer. Cuando el malestar genera un sufrimiento significativo o una gran incapacidad para continuar con las responsabilidades y propósitos.
Especialmente debemos pedir ayuda o consultar si en un contexto de humor depresivo, experimentamos que no podemos lidiar con las responsabilidades básicas del cuidado del bebé o de nuestro propio cuidado. Cuando sentimos que no podemos conectar emocionalmente con el bebe y sus necesidades. Cuando los pensamientos negativos se convierten en una culpa excesiva, en baja autoestima o ideas catastróficas de no poder más con la situación y que todo irá mal.
Y sin duda es urgente consultar con un especialista en salud mental cuando aparecen pensamientos de muerte (no querer existir mas) o de suicidio (desear quitarse la vida o lastimarse). Idealmente es un profesional de la salud mental quien debemos consultar, pero no dudes en consultar con tu matrona, tu médico de cabecera u otro profesional del sistema de salud con el que puedas.
Procurar un abordaje empático y respetuoso es clave, y no siempre fácil de conseguir. Busca ayuda y confía en tu sentido común de quién es el que está dispuesto a ayudarte.
Es importante que no estés sola en un momento así. Busca primero en tu círculo íntimo esas personas que puedan acompañarte, y junto a ellos, el apoyo profesional.
Mi pareja- ¿La pareja ideal o una carga adicional ahora que eres madre?
Es probable que durante el embarazo y los primeros meses posparto hayas empezado a descubrir aspectos de tu pareja que no imaginabas y que te sorprenden, a veces para bien, pero otras veces despertando en ti una sensación de tristeza, preocupación o desilusión.
Socialmente, las expectativas sobre las nuevas madres, lo que deben hacer, cómo deben hacerlo y cómo deben sentirse son muy altas y generan una sensación de soledad y agotamiento que para muchas mujeres pueden hacerse más pesadas si sus parejas comparten estas expectativas, no parecen tener muy claro su rol o están esperando que alguien les diga continuamente qué y cómo deben hacerlo.
Si además, en el proceso de adaptación al nuevo rol parental tu pareja tiene momentos en los que parece estar celosa del bebé o te expresa tristeza porque siente que no es tan importante o no se siente muy tenida en cuenta, pueden aparecer sentimientos encontrados en ti. Sentimientos de querer que te comprenda y te sostenga, pero a la vez de querer que no sienta lo que siente, o sentirte incluso culpable.
Intenta revisar también tus creencias y expectativas respecto al rol de tu pareja en los distintos momentos de la gestación y la crianza, pues a veces no nos damos cuenta de lo mucho que nos cuesta delegar o validar la forma en que él o ella hacen las cosas y sin querer saboteamos sus intentos de ser partícipes del proceso, por lo que terminan retirándose.
En algunas relaciones, esto puede ser una fuente de conflicto importante y por ello intentar abordar las dificultades lo más pronto posible, a través del diálogo, de la toma de decisiones conjuntas, de buscar espacios y momentos en los que podáis sentiros cerca como pareja y mirar juntos los cambios que estáis afrontando y los que vendrán, ayudará a que no todo lo que va sucediendo os sorprenda, si no que podáis anticipar algunas situaciones y organizaros juntos para afrontarlas de la mejor manera.
¿Qué es el estigma de salud mental perinatal?
Lamentablemente, algunas personas aún tienen una percepción negativa de la enfermedad mental y esto puede resultar en estigma hacia las personas que experimentan dificultades de salud mental.
El estigma implica tres elementos diferentes:
1. Estereotipos: creencias que a menudo se basan en exageraciones y conceptos erróneos.
2. Prejuicio: actitudes que resultan en negatividad y sesgo.
3. Discriminación: comportamientos que resultan en tratamiento injusto o desigual.
Cualquiera de estos elementos puede causar tristeza y angustia, especialmente si proviene de un familiar, amigo, colega de trabajo o profesional de la salud. Existen diferentes tipos de estigma relacionados con la salud mental perinatal que pueden tener consecuencias específicas en aquellos que lo experimentan. En esta página, puede encontrar más información sobre los diferentes tipos de estigma de salud mental perinatal y el impacto que puede tener.
Estigma social
El estigma social (también llamado estigma público o externo) se refiere a las percepciones que tiene el público en general hacia la persona que experimenta una enfermedad mental y se basa en gran medida en conceptos erróneos o malentendidos. Por ejemplo, la presentación de la enfermedad mental perinatal en los medios de comunicación a menudo se considera inexacta y tiende a retratar a los padres con enfermedad mental perinatal como «malos padres» que son perjudiciales y una amenaza para su hijo. En comparación, a menudo se muestra a los «buenos padres» como amorosos y cuidadores incondicionales que no experimentan problemas psicológicos ni angustia.
Estos tipos de exageraciones y representaciones inexactas probablemente alimenten los conceptos erróneos del público sobre la enfermedad mental perinatal y pueden llevar a percepciones negativas. Las percepciones estigmatizantes comunes sobre la enfermedad mental perinatal incluyen pensar que los padres que experimentan problemas psicológicos se dañarán a sí mismos o a sus hijos, que no aman a sus hijos o que son anormales.
El estigma social puede tener muchos efectos perjudiciales, incluyendo sentimientos de desesperanza y aislamiento, una falta de comprensión por parte de la familia, amigos u otros, y menos oportunidades de empleo o interacción social. También puede evitar que los nuevos padres hablen sobre sus experiencias con sus amigos, familiares y profesionales de la salud porque pueden preocuparse de que pueda cambiar la forma en que otras personas piensan sobre ellos.
Autoestigma
El autoestigma (también llamado estigma interno) ocurre cuando las madres internalizan las actitudes y estereotipos negativos y los aplican a sí mismas. A veces, esto puede derivar de una comprensión incompleta de la enfermedad mental perinatal, lo que puede llevar a las madres a pensar que su enfermedad no es lo suficientemente grave como para buscar ayuda, o que pueden controlar sus sentimientos y evitar el inicio de la enfermedad mental.
Las madres también pueden percibir que no están cumpliendo sus propias expectativas o estándares de maternidad. Desafortunadamente, es muy común que las madres piensen que experimentar problemas psicológicos significa que son «malas madres» y que no son capaces de hacer frente a las demandas de la maternidad. Esto podría evitar que las nuevas madres hablen sobre sus experiencias, ya que buscar ayuda podría hacer que se sientan incompetentes y crean que han fallado en ser una «buena madre».
El autoestigma puede hacer que las nuevas madres se sientan culpables, avergonzadas y aisladas. Pueden ser reacias a buscar ayuda profesional y a menudo sienten que no podrán superar la enfermedad o convertirse en una «mejor madre».
Estigma de divulgación
El estigma de divulgación (también llamado estigma de tratamiento) se refiere a las percepciones negativas sobre buscar ayuda profesional. Las nuevas madres a menudo experimentan presión para parecer competentes, capaces y amorosas, por lo que podrían preocuparse por las actitudes de otras personas si buscaran apoyo de un profesional de la salud para su salud mental. En algunos casos, las madres se preocupan de que la divulgación pueda afectar a los seguros o a su ocupación, lo que podría significar que son aún menos propensas a hablar sobre su salud mental.
Además, las personas podrían considerar que buscar ayuda profesional es social o culturalmente tabú, y también tener preocupaciones sobre cumplir con el tratamiento profesional (como sentirse culpables o avergonzadas por tomar antidepresivos).
También es muy común que las madres se preocupen por lo que sucedería si divulgaran sus problemas psicológicos a un profesional de la salud. Podrían preocuparse de que el profesional de la salud piense que son una madre mala o abusiva, que los servicios sociales se involucren y que les quiten a su bebé.
El estigma de divulgación es una razón clave por la cual las madres encuentran difícil la divulgación o eligen no divulgar en absoluto.
En Dana, creemos firmemente que la salud mental es un componente esencial de la salud en general, y que las mujeres que se convierten en madres tienen derecho a sentirse libres, empoderadas y bien informadas durante todo su proceso de transformación. Si estás atravesando la matrescencia y te resulta difícil, ven a Dana, comparte tu experiencia con otras madres que están pasando por lo mismo que tú, y aprende de profesionales de la salud disponibles las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
¿Cuales son las consequencias de problemas de salud mental perinatal?
Los problemas de salud mental perinatal pueden tener consecuencias significativas tanto para la madre como para el bebé. Algunas de estas consecuencias incluyen:
- Efectos en la madre: Las mujeres que experimentan problemas de salud mental perinatal, como depresión, ansiedad o trastornos de estrés postraumático, pueden tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo, como hipertensión arterial o preeclampsia. Además, las mujeres afectadas pueden tener un mayor riesgo de sufrir complicaciones durante el parto, como una mayor necesidad de intervenciones médicas, una mayor duración del parto o una mayor tasa de cesáreas.
- Efectos en el proceso de parto: Las mujeres que experimentan problemas de salud mental perinatal pueden tener dificultades para participar activamente en el proceso de parto. Por ejemplo, pueden tener problemas para comunicarse con el personal médico, lo que puede llevar a un mayor uso de intervenciones médicas. Además, estas mujeres también pueden tener dificultades para establecer un vínculo con su bebé después del parto, lo que puede afectar negativamente la salud emocional y física de ambos.
- Efectos en la salud futura del bebé: Los bebés nacidos de mujeres que experimentan problemas de salud mental perinatal pueden tener un mayor riesgo de problemas de salud a largo plazo. Por ejemplo, pueden tener un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad o depresión en la infancia o en la edad adulta. Además, estos bebés también pueden tener un mayor riesgo de problemas de desarrollo temprano, como problemas de alimentación o sueño, y pueden tener un mayor riesgo de problemas de comportamiento en la infancia.
Es importante abordar y tratar los problemas de salud mental perinatal para mejorar la salud y el bienestar de la madre y del bebé. Esto puede incluir intervenciones médicas, terapias de apoyo, cambios en el estilo de vida y apoyo social y emocional, o la utilización de un asistente digital, como Dana.
¿Qué es la violencia obstetrica?
La violencia obstétrica se refiere a cualquier forma de abuso físico, verbal o psicológico que ocurre durante el embarazo, el parto o el período postparto. Puede incluir desde la falta de información y consentimiento, hasta la negación de atención médica adecuada, la realización de procedimientos innecesarios o dañinos, el trato cruel, humillante o discriminatorio, entre otros. La violencia obstétrica afecta principalmente a mujeres y puede tener graves consecuencias tanto para la salud física como mental.
La violencia obstétrica no es un fenómeno nuevo. Históricamente, las mujeres han sido marginadas y maltratadas en el ámbito de la atención médica, especialmente durante el parto. En muchos países, la atención médica obstétrica sigue siendo altamente medicalizada y centrada en el médico, lo que puede llevar a la deshumanización y la falta de respeto hacia las necesidades y deseos de la mujer.
En términos legales, la violencia obstétrica se considera una forma de violencia de género y está reconocida en algunos países, como México, Argentina y Venezuela, donde se han promulgado leyes específicas para prevenirla y sancionarla. Sin embargo, en muchos otros países, la violencia obstétrica sigue siendo un tema poco reconocido y no hay leyes específicas para abordarla.
Las consecuencias de la violencia obstétrica pueden ser graves tanto para la madre como para el bebé. Pueden incluir daño físico, trauma emocional, depresión posparto, problemas de lactancia, entre otros. Además, la violencia obstétrica puede afectar negativamente la relación de la madre con su hijo, así como su capacidad para cuidarlo adecuadamente.
Para prevenir la violencia obstétrica, es necesario un enfoque multidisciplinario que incluya a médicos, enfermeras, parteras, psicólogos y otros profesionales de la salud, así como a las propias mujeres y sus familias. La educación y la información adecuada son fundamentales para empoderar a las mujeres y garantizar que puedan tomar decisiones informadas sobre su atención médica y su cuerpo.
Si una mujer ha sido víctima de violencia obstétrica, es importante buscar apoyo emocional y asesoramiento legal si es necesario. Puede ser útil hablar con otros profesionales de la salud para obtener una segunda opinión y buscar atención médica adicional si es necesario. Además, es importante denunciar cualquier forma de violencia obstétrica para que se tomen medidas para prevenirla en el futuro.
Si piensas que te ha pasado, entra en Dana, encontrarás programas específicos al respecto.
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